
Conoce qué es la inflación, sus principales causas, cómo influyen los tipos de interés y su impacto en la economía para 2025
La inflación puede tener efectos devastadores sobre la economía de un país. Si no se controla adecuadamente, tiene la capacidad de obstaculizar el crecimiento económico y poner en riesgo el bienestar de las generaciones futuras. En el contexto actual, la inflación muestra una notable volatilidad, con posibles oscilaciones en ambas direcciones. En 2024, España registró una inflación del 2,8%, lo que impactó directamente en el poder adquisitivo de millones de hogares. Y, en 2025, el debate sobre sus causas y consecuencias sigue siendo especialmente relevante, alimentado por factores como las tensiones geopolíticas y la incertidumbre en los precios de la energía.
La guerra en Ucrania y el sucesivo encarecimiento de la energía y de las materias primas han sido señalados como detonante principal del incremento generalizado de precios desde 2022. Además, también se ha dicho que el ahorro generado y los incentivos desplegados durante los años del COVID-19 han sido el “caldo de cultivo” que han amplificado este fenómeno.
En este artículo aclararemos las siguientes cuestiones: ¿Qué es la inflación y cuáles son sus causas? ¿Qué factores específicos están impulsando la inflación en 2025? Estas son algunas de las preguntas a las que intentaremos dar respuesta a continuación.
¿Qué es la inflación?
El Banco Central Europeo (BCE) describe el fenómeno de la inflación como el aumento general de los precios en un país o economía, no solo de artículos individuales, que da como resultado que por cada euro puedan adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer. Es decir, la inflación reduce el poder adquisitivo de la moneda en el tiempo.
Para calcular la inflación se toman como referencia los hábitos de consumo medio de una familia, representados en una «cesta de la compra» en la que cada tipo de bien y servicio tiene un peso diferente dependiendo de la importancia que tiene sobre el presupuesto del que disponen. La variación del precio de esa cesta es la que marca la inflación.
Inflación en España
En España y Europa, el IPC (Índice de Precios de Consumo) es el índice que marca el precio de esa cesta; se monitoriza y controla para poder tomar decisiones correctas sobre la «temperatura» de la economía. Mantener la estabilidad de precios y que la inflación anual se mantenga en torno al 2% es la principal razón por la que se creó el Banco Central Europeo. El objetivo es que se mantenga baja, estable y predecible.
En España, el encargado del desarrollo y publicación del IPC es el INE (Instituto Nacional de Estadística), que lo publica de forma mensual. En diciembre de 2024, el IPC español se situó en el 2,8%, con un aumento de cuatro décimas respecto al mes anterior. La inflación subyacente también subió, alcanzando el 2,6%. El principal factor del repunte ha sido el encarecimiento de los servicios, con un incremento del 3,5%.
A nivel europeo, la inflación en la Unión Monetaria se situó en el 2,4%, dos décimas por encima del mes anterior. El IPCA de España también fue del 2,8%, lo que genera un diferencial positivo que afecta directamente a la competitividad-precio.
Controlar la inflación es fundamental para la salud económica de un país o territorio con moneda común, como es la Unión Europea: una inflación elevada y sostenida genera una pérdida de capacidad adquisitiva.
Ejemplos del impacto de la inflación en la economía
Para visualizar el impacto que una inflación descontrolada puede tener en una economía, se recogen a continuación dos conocidos ejemplos:
Hiperinflación (Argentina)
En 1989 dio comienzo en Argentina una espiral inflacionista que ha tenido continuidad hasta el día de hoy. Una balanza comercial desajustada llevó a una situación de deuda externa descontrolada. No pudiendo hacer frente a la deuda, la moneda se devaluó hasta llegar ese mismo año a un incremento de precios de un 3.000%. El desajuste estructural sigue estando presente más de 30 años después: la inflación anual en 2022 fue del 98% y en 2024 alcanzó el 117,8%, según datos confirmados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) en enero de 2025.
Deflación (Japón)
Desde mediados de los años 80, Japón ha tenido unos niveles de inflación muy reducidos, incluso negativos. Esta situación ha lastrado el crecimiento económico, y las políticas monetarias implementadas han demostrado no ser eficaces para corregir la situación. La inflación sigue siendo mucho menor que en el resto de los países denominados occidentales: en 2021 la inflación fue del -0,2%, en 2022 del 4%, y en 2024 se situó en el 2,5%, según la Oficina de Estadística del Ministerio del Interior y Comunicaciones del Gobierno japonés.
Métodos para controlar la inflación
La principal palanca con la que cuenta el BCE en su caja de herramientas es la política monetaria y, más en concreto, los tipos de interés. La teoría dice que unos tipos de interés bajos «calentarán» la economía, mientras que unos tipos restrictivos la enfriarán y bajarán la inflación a medio plazo.
En las décadas de los setenta y ochenta se registraron elevadas tasas de inflación en muchos países europeos, incluido España. Desde la entrada en vigor del euro y la consecuente creación del BCE como banquero regulador, se aprecia cómo esa inflación ha sido mucho más estable y controlada.
¿Qué son los tipos de interés?
Los tipos de interés son la herramienta clave que utilizan los bancos centrales para regular la economía. En el caso del BCE, se fijan los tipos rectores que influyen directamente en el coste del dinero: afectan tanto a los préstamos y créditos como a los depósitos.
Los tipos de interés son el precio que se paga por el uso de dinero durante un período de tiempo determinado, generalmente expresado como un porcentaje del principal. Son el coste de un préstamo para el prestatario y el rendimiento de un ahorro o inversión para el prestamista. En esencia, el tipo de interés es el precio que se paga por pedir dinero prestado o el rendimiento que se obtiene al prestar dinero.
La lógica económica que sustenta el uso de esta herramienta es clara:
- Tipos bajos: estimulan el consumo, la inversión y el crédito. Pueden favorecer la inflación.
- Tipos altos: encarecen el dinero, reducen el gasto y tienden a contener la inflación.
Previsión de tipos de interés para 2025
Las últimas comunicaciones del BCE en 2024 han mostrado un enfoque prudente y condicionado a los datos. La presidenta Christine Lagarde ha declarado en múltiples ocasiones que las futuras decisiones estarán vinculadas al comportamiento de la inflación, los salarios y las perspectivas de crecimiento.
Dado que la inflación está bajando progresivamente, varios analistas financieros —incluidos informes del FMI, Bloomberg y el Financial Times— apuntan a que el BCE podría iniciar una senda de bajadas graduales a lo largo de 2025. Las previsiones actuales sugieren lo siguiente:
- Primera bajada de tipos en el segundo trimestre de 2025, si la inflación se mantiene estable por debajo del 2,5%.
- Recorte acumulado de entre 50 y 75 puntos básicos durante el año, condicionado al ritmo de crecimiento y al entorno internacional.
No obstante, el BCE seguirá actuando con cautela. La guerra en Ucrania, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y la evolución del precio del petróleo siguen siendo factores de incertidumbre que podrían alterar cualquier previsión.
Las causas de la inflación actual
El contexto económico global es complejo, y atribuir la escalada de precios a un solo factor sería imprudente. Aunque la guerra en Ucrania ha sido un detonante, con embargos a Rusia y bloqueos en las cadenas de suministro que han generado escasez de productos y alzas de precios, existen otros factores a considerar:
Más de 10 años de política expansionista
Desde 2010, el BCE y la Reserva Federal han mantenido tasas de interés cercanas a cero, e incluso negativas en Europa. Durante la pandemia, la Reserva Federal inyectó más de 6 billones de dólares en incentivos fiscales y ayudas directas. En Europa, el Tesoro español emitió 130.000 millones de euros en deuda pública, suscritos casi en su totalidad por el BCE, como parte de un plan de estímulo de 1,85 billones de euros. Esta década de «imprimir dinero» ha influido en la inflación actual.
Impacto del COVID-19 en las cadenas de suministro
La pandemia provocó bloqueos significativos en las cadenas de suministro globales, afectando la disponibilidad de productos esenciales y contribuyendo al aumento de precios.
Demanda robusta
Un nivel de empleo saludable y los ahorros acumulados durante la pandemia han resultado en una demanda extraordinariamente fuerte. Por ejemplo, Estados Unidos registró una tasa de desempleo del 3,5%, lo que equivale a una situación de pleno empleo.
La complejidad de esta situación se refleja en eventos como la crisis bancaria derivada de la rápida subida de tipos de interés, que llevó a la caída del Silicon Valley Bank en Estados Unidos y a la absorción forzada de Credit Suisse por parte de UBS en Europa.
Protege tu patrimonio de la inflación con inversión inmobiliaria
Evolución de los activos (1980–2024)
Durante las últimas cuatro décadas, los principales activos financieros han mostrado trayectorias muy distintas. Las acciones han sido históricamente el activo con mayor rendimiento, especialmente en periodos de crecimiento económico sostenido. Los bonos, por su parte, han ofrecido rendimientos más estables y conservadores, ajustándose a los ciclos de tipos de interés.
El oro, tradicional refugio en tiempos de incertidumbre, ha tenido fases de estancamiento alternadas con picos de crecimiento vinculados a tensiones geopolíticas e inflación. En paralelo, el sector inmobiliario ha mantenido una evolución ascendente a largo plazo, reforzándose tras las crisis gracias a la percepción de seguridad y tangibilidad del activo.
Fondos de inversión inmobiliaria: una alternativa sólida en entornos inflacionarios
Los fondos de inversión inmobiliaria (REITs, por sus siglas en inglés) permiten a los inversores acceder al mercado inmobiliario sin necesidad de comprar directamente una propiedad. Estos vehículos invierten en activos generadores de rentas —como edificios residenciales, oficinas, hoteles o centros logísticos— y distribuyen la mayor parte de los beneficios en forma de dividendos.
Entre sus ventajas nos encontramos con:
- Diversificación: al agrupar múltiples inmuebles, reducen el riesgo.
- Liquidez: a diferencia del inmobiliario tradicional, cotizan en bolsa.
- Rentas atractivas: reparten ingresos periódicos, incluso en entornos de alta inflación.
- Cobertura frente a la inflación: las rentas vinculadas a contratos indexados permiten mantener el poder adquisitivo del inversor.
España ha enfrentado episodios inflacionarios en el pasado. Antes de la creación del BCE, la tasa de inflación anual rondaba el 5%. Particularmente, desde finales de los años 60, la inflación alcanzó un crecimiento anual de hasta el 28% y no descendió por debajo del 5% hasta los años 90. Comparando las tendencias inflacionarias de España con las de Europa y Estados Unidos, se observa que son similares, aunque más acentuadas en España. Desde la entrada en la Unión Europea en 1986, la trayectoria de los precios en España ha sido casi paralela a la de Europa y Estados Unidos.
Para comprender mejor el impacto de la inflación y determinar qué tipo de inversión puede ayudar a proteger el patrimonio, se han realizado dos análisis:
- Evolución de 100€ invertidos en diferentes activos desde 1978 hasta 2022: Este análisis compara la evolución de una inversión inicial de 100€ en distintos activos, como acciones, oro, bonos y bienes inmuebles residenciales, a lo largo de más de cuatro décadas.
- Análisis del período 1986-1996: Se examina cómo respondieron diferentes activos durante esta década, que presentó una tasa de inflación similar a la actual, para identificar patrones y estrategias de inversión efectivas en contextos inflacionarios.
Estos estudios buscan ofrecer una perspectiva histórica que ayude a los inversores a tomar decisiones informadas para proteger su patrimonio en entornos de alta inflación.
¿Cómo habrían evolucionado 100€ invertidos en diferentes activos desde 1978 a 2022?
Al analizar la evolución de 100 € invertidos en diferentes activos desde 1978 hasta 2022, se observan diferencias significativas en su capacidad para superar la inflación a largo plazo.
- Los bonos y, especialmente, el oro, mantuvieron un rendimiento inferior al de la inflación durante casi dos décadas, desde finales de los años 80 hasta la crisis de 2008.
- Por otro lado, las inversiones en índices bursátiles y en el mercado inmobiliario han mostrado rendimientos superiores a largo plazo, destacando particularmente los índices bursátiles, cuyo valor se ha incrementado hasta diez veces más que la inflación en el mismo período.
¿Cómo habrían evolucionado 100€ invertidos en diferentes activos desde 1986 a 1997?
Durante el período de alta inflación analizado, tanto los bonos alemanes como la vivienda mantuvieron rendimientos que igualaron o superaron consistentemente la tasa de inflación. La vivienda residencial mostró una solidez destacada a lo largo de todo el período, aunque en los dos últimos años, un repunte en el índice bursátil igualó su rendimiento al cierre de 1997.
Conclusiones
Aunque es imposible predecir con exactitud la evolución de la actual situación inflacionista, es evidente que nos encontramos en un contexto económico global delicado, especialmente con las proyecciones de inflación para 2025 que apuntan a un crecimiento moderado pero persistente. En este entorno, es esencial ser conscientes de la importancia de prepararse adecuadamente para los distintos escenarios posibles y considerar estrategias de inversión que protejan el poder adquisitivo.
La historia demuestra que, especialmente en momentos de elevada inflación, es preferible mantener el patrimonio invertido en lugar de dejarlo en una cuenta corriente. Activos de riesgo controlado, como bonos, oro, índices bursátiles y bienes inmuebles, han mostrado una notable capacidad para contrarrestar los efectos de la inflación. En 2025, se espera que estos activos continúen ofreciendo una protección valiosa frente a la depreciación de la moneda.
La inversión inmobiliaria, por su parte, sigue siendo una de las opciones más resilientes durante períodos de alta inflación. En 2025, los bienes raíces no solo ofrecen apreciación de valor, sino que también presentan ventajas adicionales. La principal es la posibilidad de adquirir propiedades mediante financiación. En este escenario, la inflación tiene un efecto doblemente positivo: por un lado, el valor del inmueble tiende a revalorizarse debido al aumento de la demanda; por otro, el valor real de la deuda comprometida disminuye con el paso del tiempo, lo que permite a los inversores aprovechar el apalancamiento financiero en su favor.