
Desde hace un año, Kategora Real Estate colabora con la Fundación Eki mediante una aportación directa procedente de sus beneficios
La historia de la Fundación Eki comienza durante una etapa del Camino de Santiago. Fue allí donde José Galíndez y su hermano reflexionaban sobre cómo devolver a la sociedad todo lo que habían recibido. De esa conversación nació, en 2017, una idea que pronto se convertiría en una labor transformadora: llevar energía solar a escuelas, hospitales y comunidades locales del África subsahariana, donde el acceso a la electricidad sigue siendo un reto diario.
Desde entonces, Fundación Eki ha instalado más de 160 instalaciones fotovoltaicas en 20 países, con un modelo propio que no solo garantiza el suministro eléctrico, sino que promueve la autonomía de las comunidades locales mediante financiación solidaria y capacitación técnica para garantizar un impacto sostenible y duradero.
Este propósito ha encontrado eco en Kategora Real Estate, que desde hace un año colabora con la Fundación Eki mediante una aportación directa procedente de sus beneficios. Esta alianza se enmarca en una visión más amplia de responsabilidad corporativa, en la que la inversión también busca dejar un legado social y medioambiental. «Estamos convencidos de que nuestro claim, “Invertir para dejar un legado”, cobra verdadero sentido cuando la inversión se pone al servicio del bien común», afirma Kepa Apraiz, CEO y fundador de Kategora Real Estate y Kora Living.
Fundación Eki: energía solar para un desarrollo con autonomía
Lo que diferencia a la Fundación Eki de otras organizaciones es su enfoque vertical. La fundación se encarga de todo el proceso técnico -desde la selección de la contraparte, el diseño, las compras, la logística, la instalación el seguimiento en tiempo real de cada instalación desde su sede en Getxo-, garantizando la eficiencia y el uso responsable de cada recurso.
De esta manera, han desarrollado un sistema de financiación accesible para las entidades beneficiarias -ONGs locales e internacionales o misiones religiosas, entre otras-, que permite amortizar los equipos fotovoltaicos en un plazo máximo de diez años. «Con el dinero que antes gastaban en gasoil, les permitía encender el generador solo unas horas al día, ahora disponen de luz las 24 horas, con una electricidad mucho más fiable y limpia», indica Nacho Mingo, Responsable de Gestión de Proyectos de la organización.
A esto se suma su apuesta por la formación técnica de locales, creando centros de capacitación solar junto a entidades solidarias y centros de formación profesional. El objetivo es doble: profesionalizar la instalación y mantenimiento de los sistemas y fomentar la creación de una industria energética local, autónoma y sostenible.
Un encuentro inspirador
Durante el último team building de los equipos de Kategora Real Estate y Kora Living, Mingo y Cecilia Smith, Impact Investment Manager de la Fundación Eki, compartieron en primera persona cómo se estructura esta colaboración. «Gestionamos la aportación de Kategora -y la de todos nuestros colaboradores- como una especie de private equity. Hacemos llamadas al capital en función de las necesidades reales de cada proyecto. Esto nos permite mantener una estructura eficiente y adaptable», explicó Smith.
Así, la alianza entre Kategora y Fundación Eki no solo se basa en el compromiso económico, sino también en la confianza mutua, la transparencia, el seguimiento constante y la medición de resultados. Una colaboración que combina visión empresarial con impacto social, bajo criterios de sostenibilidad y eficacia. Lejos de ser una acción aislada, esta colaboración demuestra cómo la inversión puede convertirse en una fuerza transformadora cuando se alinea con el propósito.
Tu empresa también puede formar parte de la labor que realiza la Fundación Eki y lleva luz a más vidas. Obtén más información a través del siguiente enlace.