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Budapest ha sido una de las ciudades con más restricciones en Europa, aunque las últimas noticias invitan al optimismo de cara a la segunda parte del año para el sector turístico.

 

Es sábado por la mañana en Nagycsarnok, el más grande y antiguo mercado de Budapest y de toda Hungría, y la escena que presenta se aleja mucho de sus días de gloria. Donde hace poco más de un año rebosaban los productos de todo tipo, con mil colores y tonalidades que deleitaban a visitantes de todo el mundo, reinan ahora los estands vacíos y pasarelas desiertas. Hoy casi tres cuartos de los puestos habituales están cerrados y los pocos visitantes que se acercan son locales.

“Es desolador” Comenta Klaudia Horváth, que lleva toda su vida en Budapest. “La ciudad se ha transformado completamente en este año, la falta de visitantes no solo ha afectado a la actividad económica, sino que ha parado también nuestra vida cotidiana. Yo no he podido ir a los baños termales ni de compras a mis establecimientos habituales en el último año. Todo ha permanecido cerrado”.

Budapest fue la primera ciudad europea en cerrarse a visitantes extranjeros después del verano, a partir del 1 de septiembre de 2020, y aunque algunas restricciones empiezan a levantarse gracias a la buena marcha de la vacunación, las condiciones para entrar al país siguen siendo las más duras de Europa. A día de hoy es necesario tener un certificado de vacunación para pasar la frontera, acudir a un restaurante, dormir en un hotel o ir al teatro entre otros, un escenario poco atractivo para una ciudad que recibió en 2019 a más de 4 millones de visitantes.

Klaudia es también la directora de Corvin Plaza Apartmanets & Suits, uno de los establecimientos que gestiona KATEGORA en la capital de Hungría. “Ha sido un año difícil con muchos sacrificios y decisiones duras, pero en el que también hemos aprendido mucho sobre cómo adaptarnos y ser flexibles”, comenta. “Hemos probado que nuestro modelo de co-living funciona, de eso no hay duda”.

Corvin Plaza ha logrado mantener una ocupación del 89% durante el 2021, muy por encima de la media en la ciudad, que ha pasado de perder más de 500 establecimientos turísticos en Booking en solo un año. “Tomamos decisiones muy rápidas, y nos centramos en estancias de medio y largo plazo”, recalca. “El equipo ha sido otra de las claves, nos identificamos y estamos comprometidos con el proyecto”. En estos últimos 6 meses también han conseguido mejorar la valoración del apartahotel en booking.

De cara al resto de 2021, las previsiones son de cautela, aunque van asomando brotes verdes que dan esperanza para una recuperación anticipada. Corvin tendrá en junio más apartamentos destinados a visitantes de corta estancia y las reservas marchan bien. A nivel general, ya se han suministrado más de 5 millones de vacunas, más de la mitad de la población, lo que augura que las medidas de entrada al país puede que se relajen en las próximas semanas.

No hay duda de que Budapest volverá a ser muy pronto la ciudad que nos maravilló a todos, la joya que espera paciente a ser descubierta. Pronto volverán a teñirse de rojo prapika los comercios del mercado central, los barcos de pasajeros surcarán otra vez las aguas del Danubio y los visitantes poblarán las colinas del castillo de Buda. En KATEGORA seguiremos allí, a su lado, para verla brillar de nuevo.